lunes, 24 de agosto de 2009

1.500 años después de que Mahoma se casara con una niña de seis años, no ha habido evolución

Boda macabraHamas patrocina casamientos masivos como éste: de hasta cuatrocientas cincuenta parejas, donde la mayoría de los novios están en una media de veinte años; y la mayoría de las novias son menores de diez años.
Dignatarios musulmanes suelen estar presentes en tamaña atrocidad para felicitar a las parejas que toman parte en la celebración, montada al mínimo detalle. “Le estamos diciendo al mundo y a los Estados Unidos que no nos pueden negar la dicha y la felicidad”, vociferaba un líder de Hamas a los novios, todos vestidos con idénticos trajes negros y tras haber recibido un regalo de quinientos dólares por parte de dicha organización.

Boda musulmana

Por su parte, vestidas de blanco y adornadas con chillones maquillajes, las prepúberes niñas, sin saber muy bien dónde están, recibían su correspondiente ramo de novia. “Presentamos este casamiento como un regalo a nuestro pueblo que se mantuvo firme enfrentando el sitio y la guerra”.
El Centro Internacional de Investigación Sobre Mujeres estima que, en la actualidad, hay cincuenta y un millones de niñas desposadas que viven en el planeta tierra y casi todas en países musulmanes. El 29 por ciento de esas niñas desposadas son golpeadas brutalmente con regularidad extrema y vilmente abusadas por sus esposos en Egipto; el 26 por ciento sufren un abuso similar en Jordania, etc etc.
Cada año, siempre de acuerdo con datos de UNICEF, tres millones de niñas musulmanas son objeto de mutilación genital.
Las siguientes fotos del arriba mencionado casamiento hablan por sí mismas de una sórdida historia que se repite demasiado a menudo y a la que desde la misma Occidente -sin cojones ni dignidad no vaya a ser que nos partan la cara- se mira hacia otro lado también.

Boda macabra

Árabes

Boda árabe

Como apunta Paul L. Williams, además de promover atentados terroristas, la organización palestina patrocina la pedofilia. Una práctica islámica que proviene del profeta Mahoma, que acumuló once esposas y muchas concubinas, después de la muerte de su primera esposa Khadijah, en 619 D.E. Así, después que la anciana esposa de Mahoma, Khadijah, muriera en 619 D.E., él acumuló once esposas coordinando las visitas a las tiendas de sus mujeres a lo largo de sus ciclos menstruales.
Su capacidad para la actividad sexual parecía no tener fronteras. Sahih Bukhari, uno de los más reverenciados textos islámicos, dice: “El Profeta solía visitar a sus esposas en forma cíclica, durante el día y la noche, y ellas sumaban once. Le pregunté a Anas, “¿Tenía el Profeta la fortaleza para ello?” Anas respondió, “Solíamos decir que el Profeta tenía la resistencia sexual de treinta hombres”. (Porque, en medio de esas delicias, el Profeta mantenía un establo de concubinas, incluyendo a Reihana, su cautiva judía.)
Sus esposas y amantes estaban obligadas, por la ley musulmana, a satisfacer sus necesidades sexuales en cualquier momento del día o de la noche, y el Profeta se reservaba el derecho de disfrutarlas “desde la cima de sus cabezas hasta la planta de sus pies”.
Esto parecería no ser terrible para los estudiantes del Informe Kinsley, con excepción del caso de Aisha, la esposa favorita de Mahoma. Aisha era la hija de Abu Bakr, el mejor amigo del Profeta y su más fiel seguidor. Si bien Mahoma posó sus ojos en Aisha, comenzó a fantasear con tener sexo con ella. Había un problema con esta fantasía. Aisha, en ese entonces, era un pequeña niña de cuatro o cinco años, mientras Mahoma era un hombre de mediana edad de cincuenta. Y aún así, el Profeta no perdió tiempo en hacer realidad su fantasía. Cuando Aisha cumplió seis años, Mahoma le pidió a Abu Bakr la mano de su hija en matrimonio. Abu Bakr pensó que esa unión sería impropia, no porque Aisha fuera simplemente una pequeña sino más bien porque él se consideraba hermano de Mahoma. El Profeta dejó rápidamente de lado esta objeción diciendo que la unión era perfectamente correcta a los ojos de Allah. Abu Bakr consintió. Y Mahoma tomó a la pequeña niña como su nueva desposada.
Cuando estuvieron casados, Mahoma, en su misericordia, permitió que Aisha llevara sus juguetes, incluyendo sus muñecas, a su nueva tienda. El casamiento fue consumado cuando Aisha tuvo nueve años y el Profeta cincuenta y tres. Los tres años del período de espera no se debieron a la preocupación de Mahoma de no abusar de una niña sino, más bien, al hecho de que Aisha contrajo cierta enfermedad que provocó la pérdida de su cabello.
La pedofilia no fue practicada sólo por Mahoma, sino también sancionada por el Corán. En el debate sobre el período de espera requerido para determinar si una esposa está en cinta antes del divorcio, el texto sagrado dice, “Si estás en duda en lo concerniente a aquellas de tus esposas que han cesado de menstruar, sabe que su período de espera debe ser de tres meses. El mismo período se aplica para aquellas que aún no han menstruado” (65:4).
Aquellos que piensan que los musulmanes modernos han abandonado estas enseñanzas, deberían recordar las palabras del Ayatollah Khomeini, el clérigo islámico más famoso del siglo XX: Un hombre puede tener placer sexual de una niña tan joven como un bebé. Sin embargo, no debe penetrarla; sodomizar a una niña está bien. Si un hombre penetra y daña a una niña, entonces debe ser responsable por su subsistencia toda su vida. Esta niña, sin embargo, no cuenta como una de sus cuatro esposas permanentes. El hombre no tendrá derecho a casarse con la hermana de la niña… Es mejor para una niña casarse en una época en que comenzará a menstruar en la casa de su esposo, mejor que en la casa de su padre. Un padre que case a su hija tan joven, tendrá un lugar permanente en el cielo.

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