Pequeño gran embarazo

Stacey sufre de osteogenesis imperfecta, una enfermedad que causa que los huesos del cuerpo sean frágiles, lo que la ha llevado a tener una vida harto complicada ya que esta condición generó una parálisis en su crecimiento forzándola a tener que usar silla de ruedas. Pero su estado no le ha impedido formar una familia. La mujer de apenas setenta centímetros de altura es la mamá más pequeña del mundo; es madre de dos niñas y ahora espera un niño.

Conoció a Will, su esposo, en el año 2000, cuando los dos trabajaban en un supermercado en el pueblo de Dry Ridge, Kentucky, Estados Unidos, y contrajeron matrimonio cuatro años más tarde. Su primera hija, Kateri, nació en 2006 y sufre de la misma enfermedad que la madre. Dos años más tarde, la pareja tuvo a su segunda hija, Masaya.

Actualmente la pareja espera con ilusión a su primer hijo varón, eso a pesar de que los médicos le advirtieron a Stacey que los embarazos pueden llegar a ser mortales para ella porque existe el peligro de que el bebé crezca tanto dentro de su pequeño cuerpo que podría llegar aplastar sus órganos.

No obstante, Stacey y Will no han dudado un segundo en continuar con los sucesivos embarazos. “Es un milagro que yo esté aquí, que tenga vida. ¿Por qué este embarazo no puede ser un milagro también?”, dice ella.

Con todo, Stacey admite que el embarazo es “incómodo”, y que a cada día que pasa puede moverse menos y con mayor dificultad. Su barriga aumenta tanto de volumen que no puede realizar ninguna tarea del hogar, ni siquiera abrazar a sus dos hijas.

Pero a pesar de todos los obstáculos, Stacey y su feliz esposo aseguran que los hijos son un regalo de Dios y que les gustaría tener más y seguir aumentando la familia si todo sale bien.