Un cocodrilo sosteniendo entre sus mandíbulas el brazo del veterinario Chang Po-yu al que el reptil le arrancaba la extremidad cuando este médico intentaba curarle en un zoológico de Kaohsiung, en el sur de Taiwán. La policía ha tenido que matar al "simpático" animal para recuperar así la parte arrancada.
Los trabajadores del zoológico le aplicaron un torniquete en el brazo al pobre de Chang con el fin de parar la hemorragia y llamaron raudos a la ambulancia que le trasladaba al hospital de la ciudad donde se ha tratado rápidamente de reimplantarle el brazo mediante una operación de cirugía de siete horas de duración.
El animal era un cocodrilo del Nilo, de 17 años y con 200 kilos de peso que llevaba una semana sin comer porque estaba enfermo. Ahora arde en el infierno por bicho malo.
Es el segundo ataque animal que ocurre en este zoo -de nombre Shou Shan- en un mes, ya que el 11 de marzo un gorila arrancó el dedo a un niño de cuatro años al que su padre había acercado demasiado a la jaula.
Vamos, que está animadita la cosa en este lugar, sólo apto para aventureros o amantes del gore.
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