El mundo va a registrar una explosión demográfica en las décadas venideras por el aumento de la esperanza de vida, lo que afectará al desarrollo económico y ejercerá una fuerte presión sobre los recursos del Planeta.
Según cifras de la división de población del Departamento de Asuntos Sociales y Económicos de la ONU (DESA), la población mundial pasará de los actuales 6.700 millones de habitantes a 9.200 millones a mediados del siglo que vivimos. Este incremento equivale al tamaño de la población del mundo en 1950, y será absorbido en mayor medida por los países en desarrollo, cuya demografía se prevé que aumente de los 5.400 millones de este año a 7.900 millones en 2050.
Una mayor longevidad a causa de una mejora en la nutrición, los servicios de salud y los cuidados médicos es la causa principal de esta explosión demográfica. Como resultado, según datos de la ONU, más países contarán con un número mayor de población anciana, con lo que este sector demográfico -de más de 60 años de edad- casi se triplicará a escala mundial, de los 673 millones actuales a 1.000 millones en 2020, y alcanzará 2.000 millones a mediados de siglo.
En las regiones industrializadas, la población que supera los 60 años de edad representa actualmente el 20 por ciento y el pronóstico es que aumente a un 33 por ciento en 2050.
En el mundo en desarrollo, la población de 60 años se espera que se doble (de 245 millones en 2005 a 406 millones en 2050), mientras que la población menor de 60 años probablemente declinará (de 971 millones a 839 millones).
El promedio de la esperanza de vida era de 47 años en 1950, y ahora se sitúa en 65 años, y se calcula que alcanzará los 75 años a mediados de siglo, aunque habrá una disparidad entre los países ricos (82 años de expectativa) y los pobres (74 años).
El envejecimiento de la población se está produciendo en paralelo al descenso de la natalidad, y las perspectivas apuntan a que esta última tendencia continúe a la baja. La tasa de fecundidad en el mundo en desarrollo disminuirá, de los actuales 2,75 a los 2,05 hijos por mujer, con lo que se prevé que en 2050 haya 1.800 millones de niños menores de 15 años.
Serán los 50 países menos desarrollados, que actualmente tienen un promedio de 4,63 hijos por mujer, los que experimentarán el mayor descenso, con una tasa que se aproximará a los 2,50 niños por mujer. En contraste, la población en las regiones industrializadas permanecerá sin grandes cambios, y representará sólo 1.200 millones de la población mundial en 2050.
Las consecuencias económicas de la explosión del crecimiento de la población mundial han hecho que muchos expertos adviertan sobre el agotamiento de los recursos naturales, ya que el ser humano consume ahora cerca del 35% del total de ellos. Del mismo modo, se cree que una mayor longevidad de la población afectará al desarrollo económico, pues afectará a las decisiones sobre la educación y la salud, así como otros servicios sociales. Otros efectos del envejecimiento de la población están relacionados con la posibilidad de que se produzca una escasez de mano de obra, lo que provocaría un aumento de los salarios. Sin embargo, la ONU sostiene que esta limitación puede ser compensada por la reducción de la fecundidad, que hace que muchas mujeres entren a formar parte de la población laboral activa.
1 comentario:
Aunque no comparto el pesimismo de gente como Thomas Malthus que preveía una catástrofe demográfica como consecuencia del crecimiento exponencial de la población mundial, hay que reconocer que es preocupante el hecho de que sean los países pobres los que más estén creciendo en número de habitantes, lo cual no ayuda a reducir su pobreza, sino todo lo contrario, y podría acabar aumentando el hambre en ellos. Además ¿qué pasará si los habitantes de dichos países deciden llevar nuestro consumista y derrochón modo de vida?
Publicar un comentario