miércoles, 6 de mayo de 2009

Connie Culp

Connie CulpConnie Culp, que tiene en la actualidad 46 años, hace cinco, en 2004, recibía un disparo de su marido en pleno rostro, durante una discusión. Afortunadamente pudo salvar la vida, pero perdió un ojo, los párpados inferiores, la nariz, la mandíbula superior, el labio superior y el paladar. El marido se disparó después a sí mismo, el hijoputa sobrevivió (sólo se había causado heridas leves) y fue condenado posteriormente a tan sólo siete años de cárcel.
Ahora, después de cerca de una treintena de operaciones sin éxito, finalmente un equipo de once cirujanos ha conseguido recomponerle el 80 por ciento del rostro con tejidos de un donante anónimo. La operación, que se realizó el pasado mes de diciembre, duró cerca de veintitrés horas y es el mayor trasplante de cara realizado hasta la fecha. Se trata, además, del cuarto trasplante de estas características en todo el mundo y el primero en Estados Unidos, según la clínica Cleveland, en Ohio, donde se ha llevado a cabo todo el proceso médico.
Tras abandonar el hospital el pasado 5 de febrero, Culp necesitará ahora un tratamiento especial durante al menos un año. La diferencia con otros trasplantados (de corazón, de hígado, de riñones) es que el resto de su cuerpo estaba sano.
Lo peor, no obstante, será tal vez volver a la vida diaria. Con el rostro desfigurado aún, pero pronto -según confían los médicos- capaz ya no sólo de respirar, sino también de comer, hablar o reír, Culp afirmaba: "No juzguéis a los que no son tan guapos como vosotros; no sabéis qué les ha pasado, o qué os podría pasar a vosotros mismos". Y es que Culp reconoce que algunas personas ya se han burlado de ella y le han insultado. "Todo el mundo debería pensárselo dos veces antes de juzgar a alguien sólo porque tiene un aspecto diferente".
Uno de los psicólogos que la atienden, ha relatado, por ejemplo, que una vez, estando de compras, Culp pudo oír cómo una niña le decía a su madre: "Me habías dicho que los monstruos no existen, y ahí hay uno...". "No soy un monstruo -respondió ella-, sólo soy una persona a la que dispararon".
Enhorabuena, y mucho ánimo, Connie.

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