miércoles, 7 de noviembre de 2007

Nacido para sobrevivir

¿Puede uno salvar la vida tras sufrir una puñalada en el cráneo?

Radiografía

Pues lo cierto es que sí (no lo intentéis en casa). Así lo atestigua la historia del sargento norteamericano Dan Powers, que tuvo durante varias horas diez centímetros de hoja alojados en su cerebro.
Aunque ha salido ahora a la luz, los hechos sucedieron realmente el pasado mes de julio, cuando durante una de las habituales patrullas de la compañía del sargento en la capital de Irak, Bagdad, Dan sintió un golpe en la cabeza que inicialmente atribuyó a un disparo. Se equivocaba. El ataque había sido con arma blanca, un cuchillo de unos 15 centímetros de hoja que había atravesado su cráneo y estaba instalado dentro de su cerebro. "Sangraba, pero no tenía dolores", ha declarado Powers.
Sus compañeros de patrulla le trasladaron a la Zona Verde de Bagdad. Del campamento, en helicóptero, a uno de los centros médicos más prestigiosos de Irak, ¡con llamada incluida de Powers a su esposa durante el trayecto!
Los rayos X dieron su veredicto: el cuchillo se había introducido justo por debajo del casco y amenazaba el lóbulo temporal. Pero el peligro estaba en el seno de la carótida, atravesado por el arma, que a su vez hacía de tapón para la hemorragia. Pese al riesgo, los médicos optaron por sacar el cuchillo y la sangre comenzó a brotar a borbotones. A miles de kilómetros, en Washington, un neurocirujano del ejército observaba todo en tiempo real. Dio la orden de cerrar al paciente y enviarle, de inmediato, de vuelta a los Estados Unidos.
Trece horas de vuelo y Powers estaba de nuevo en el quirófano, en Bethesda (Maryland). Otra intervención, cuatro días de coma inducido y el paciente volvió a su vida sin merma alguna salvo algunos problemas de equilibrio e intensos dolores de cabeza pero, como señala el propio sargento Powers, eso se arregla con un par de aspirinas.
Estos marines son tíos duros. Y es que realmente los entrenan muy bien para casos como estos de la bayoneta en la cabeza, ¿me equivoco? Raro es que no se lo sacara él mismo y se untara con la hoja un bocata de crema de chocolate allí mismo. Por no ofender al agresor, seguramente. Impresionante. Chapó por el sargento Powers, cabezota donde los haya.

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