Según parece, hasta ahora se sabía que la cocaína provocaba sangrado de nariz, muerte de los tejidos nasales, paso de la comida de la boca a la nariz (regurgitación nasal) y un amplio abanico de efectos físicos y neurológicos. Sin embargo, el caso de este joven estadounidense de 25 años va mucho más allá.
En un reportaje publicado por el 'New England Journal of Medicine' esta semana aparecen unas impactantes fotografías del paladar agujereado del paciente. Diagnóstico: perforación palatal inducida por cocaína. Qué bonito. Ya sólo le falta fumar, ¿recordáis?, y tendrá La boca del diablo.
El cirujano Michael A. Lypka asegura en la publicación que el paciente es consciente del problema y de las causas del mismo y quiere operarse para solucionarlo, lo que pasa es que es necesario estar seis meses sin consumir antes de realizar una intervención que tiene altos índices de éxito, no obstante.
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