Se trata de un asqueroso programa de una televisión libanesa en donde un clérigo radical explica a unos jóvenes musulmanes cómo pegar a sus futuras esposas siendo respetuosos con el Islam. Recomienda golpearlas con el cepillo de dientes, ya que no son un camello o un asno -qué delicado- y tienen inteligencia para discernir entre lo correcto y lo incorrecto. “El hombre debe pegar a la mujer allí donde no deje marcas”, sentencia en un momento de la grabación ante los jóvenes.
El clérigo en cuestión se llama doctor Muhammad Al-Arifi y es un imán de la mezquita Rey Fahd de la marina saudí. En un programa de la cadena LBC TV explicaba este pasado 9 de septiembre a los jóvenes musulmanes que golpear a las mujeres en el rostro está prohibido por el Islam, que no se las puede tratar como animales, sino que los golpes "tienen que ser suaves y nunca en la cara". Aconseja el clérigo que, primero, el esposo debe advertir a su mujer "una, dos, tres veces, cuatro, diez veces" que está enfadado. Si esto no sirve, entonces optará por no dormir con ella en la misma cama, ni dirigirle la palabra para expresar su malestar. En el caso de que ambas alternativas no funcionen, entonces "tendrá que pegar" a su esposa. "Golpear en la cara está prohibido, incluso a los animales", explica Al-Arifi. El clérigo saca un cepillo de dientes, que lleva encima, y recomienda pegar a las esposas con él. Y pone como ejemplo a un hombre enfadado porque su mujer no le obedece. "Si él le dice a ella: ‘cuidado, los niños están cerca de la chimenea' o 'aleja a los niños del enchufe eléctrico' y ella le responde 'estoy ocupada', entonces él le golpeará con el cepillo de dientes o con algo parecido. Nunca le pegará con una botella de agua, un plato o un cuchillo. Eso está prohibido". Ahora bien, aconseja golpear a las mujeres con "delicadeza porque el objetivo no es infringir dolor. Cuando golpeas a un animal, tu intención es causarle dolor para que te obedezca porque el animal no te entiende si le dices 'Oh camello, venga, muévete', el camello no entenderá este tipo de cosas hasta que lo golpees. Un burro no entiende nada si no le pegas, pero una mujer, un hombre, un niño y demás les afecta generalmente más las emociones que otras cosas".
Si él pega a su esposa, "los golpes tienen que ser suaves y no dejar marcas feas en la cara. Tiene que pegarla allí donde no deje marcas". El clérigo se lamenta que, desafortunadamente, muchos maridos pegan a sus esposas "sólo cuando se enfadan y, cuando empiezan a golpearlas lo hacen como si estuvieran dando puñetazos en un muro, les pegan con las manos, de derecha a izquierda, y en ocasiones con los pies. Hermano, estás golpeando a un ser humano. Eso está prohibido. Él no debe hacerlo".
El año pasado, este mismo clérigo, criticó a las organizaciones de homosexuales occidentales y aseguró que hay mujeres en Occidente que se acuestan con sus perros y que el 54 por ciento de las danesas no sabe quién es el padre de sus hijos. En 2002, proclamó: "Nosotros controlaremos la tierra del Vaticano, nosotros gobernaremos Roma e introduciremos el Islam".
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