El gobierno del condado de Gong’an en la provincia china de Hubei ya ha encontrado la solución comunista para salir de la crisis: se está obligando a los funcionarios a fumar bajo amenaza de multa si no lo hacen. Y si con estas, no consiguen fumarse al menos un cuarto de millón de los paquetes de cigarrillos que la zona produce cada año, cuidadito cuidadito porque allí no se andan con chiquitas.
"La regulación empujará la economía local por la vía del impuesto del tabaco”, ha afirmado Chen Nianzu, miembro del equipo de supervisión de la tabaquera de Gong’an, me supongo que con una pistola en una mano y un encendedor en la otra.
En China hay 350 millones de fumadores y anualmente muere un millón de personas por enfermedades relacionadas con el tabaco pero dejar de fumar ahora va a ser más difícil que nunca para esta pobre gente que tienen que padecer semejantes dictaduras.
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