Un afgano chiíta musulmán cubierto de sangre flagelándose durante la celebración de la fiesta del 'Ashura', el décimo día del mes musulmán de Moharram, que conmemora el aniversario del martirio del Imán Husein, nieto de Mahoma, en Kabul (Afganistán).
Está bien, pero en el pecho no tiene gracia, eso lo hace cualquiera. Yo, si fuera chií y me fuera de parranda a celebrar el moharram este, me daría el flagelo en la punta la polla. Con dos cojones. Igual chiiaría un poco, pero sería el rey de la fiesta y las nenas fliparían conmigo y ligaría un mazo más. Dirían entre ellas: "Mira ése, Paqui [Paquita en árabe, claro], eso es un hombre y no estos cantamañanas". Y luego en el baile sólo querrían hacerlo conmigo y esa noche triunfo asegurado. En cambio, el barbas este de la foto no se va a comer un colín.
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