La policía alemana de Düsseldorf sigue la pista de un ama de casa musulmana, de 52 años de edad y origen macedonio, sospechosa de haber asesinado, cortado a pedacitos y echado por el retrete parte del cuerpo de su esposo, un taxista de 58 años y de unos 100 kilos de peso. (El hombre desapareció hace tres semanas y, entre tanto, la mujer se ha dado a la fuga.)
El principal indicio del crimen, así como de la forma en que se deshizo del cadáver, está en una declaración de la sospechosa a sus hijos, ambos adultos, interpretable como una confesión de los hechos y es que ante las insistentes preguntas de éstos acerca del paradero de su padre, la mujer respondió: "No vais a encontrarlo, lo he echado al retrete".
Testigos de la familia han declarado que, efectivamente, la noche en que supuestamente desapareció el marido oyeron insistentemente el ruido de la cisterna del lavabo en el hogar del matrimonio. Al parecer, las disputas eran frecuentes entre la pareja, ambos musulmanes, pero no se habían decidido a separarse. Así, según se ha sabido ahora, la mujer había intentado repetidamente envenenarlo con sustancias mezcladas en su comida y hasta le había golpeado con un martillo, sin que el hombre hubiera presentado nunca denuncia contra ella.
La Policía inició la búsqueda tras la denuncia de los hijos encontrándose que la casa estaba primorosamente limpia y reluciente, lo que no ha evitado, sin embargo, que los equipos forenses den, gracias a sus aparatos de detección, con rastros de sangre en el comedor, el suelo y el baño.
No hay comentarios:
Publicar un comentario