
Está bien, pero en el pecho no tiene gracia, eso lo hace cualquiera. Yo, si fuera chií y me fuera de parranda a celebrar el moharram este, me daría el flagelo en la punta la polla. Con dos cojones. Igual chiiaría un poco, pero sería el rey de la fiesta y las nenas fliparían conmigo y ligaría un mazo más. Dirían entre ellas: "Mira ése, Paqui [Paquita en árabe, claro], eso es un hombre y no estos cantamañanas". Y luego en el baile sólo querrían hacerlo conmigo y esa noche triunfo asegurado. En cambio, el barbas este de la foto no se va a comer un colín.
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