El paramédico de la ambulancia lo ha descrito como un "tipo con suerte" después de que su encuentro con una de las serpientes más venenosas de Australia, se haya saldado tan sólo con una peneana mordedura y un ego muy avergonzado, eso sí.
El hecho pasaba hace un mes cuando un turista circulaba en bicicleta por una carretera cerca de Laura (al noroeste de Australia) y a éste le entraron unas ganas horribles de mear, parando al borde de la calzada para desahogar la vejiga, instante de debilidad en que una serpiente venenosa de color marrón -del mismo tipo que la de la imagen- aprovechó para abalanzarse entre sus piernas y ofrecerle su particular souvenir.
La mordedura le produjo un rasguño y le causó vómitos y dolor en el abdomen pero, sorprendentemente, no acabó con su vida ni con la de su miembro que sigue en perfecto estado de acción/reacción aunque un poco azorada por tan traumática experiencia en la que el reptil quedó prendido de su pene negándose a soltarlo. Por eternos instantes, el hombre entró en pánico y desesperación -debe ser espectáculo impresionante ver tu apreciada picha convertida en monstruosa culebra- aunque finalmente logró zafarse de tan fiel admiradora y pedir ayuda con la mayor de las celeridades, cosa que sin duda le salvó la vida. La herida fue envuelta en plástico por si el veneno hubiera penetrado en la piel, algo que posteriormente descartó el equipo médico a los que el viajero les debe su integridad.
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