Un policía intentando apagar las llamas que envuelven a un hombre que ha sido quemado durante los ataques xenófobos producidos en el campamento de Ramaphosa, Sudáfrica, contra los inmigrantes de Zimbabue que huyen del régimen de extrema pobreza del presidente Robert Mugabe y a los que algunos sudafricanos acusan de fomentar la delincuencia en el país y hacerse con los pocos puestos de trabajo que hay. (Se estima que en Sudáfrica viven hasta tres millones de zimbabuenses que han huido de la grave situación por la que atraviesa su país.)
Centenares de hombres, mujeres y niños han tenido que refugiarse estos días en comisarías de policía y en iglesias, lo que no ha impedido que por ejemplo una iglesia en la que había un millar de zimbabuenses refugiados haya sido atacada.
De momento hay 22 muertos y unas 200 personas han sido detenidas por los disturbios registrados durante el fin de semana.
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