En Santa Bárbara, California, Estados Unidos, vive “Sam”, catalogado como “el perro más feo del mundo” y, efectivamente, no es precisamente el Brad Pitt de los canes, ni siquiera el Sam Neill de los mismos, es feo de cojones, no hay por dónde cogerlo ni por dónde defenderlo. Da auténtico asco y, lo que es peor, acojona bastante. Vamos, yo no lo tendría en mi casa ni un minuto. Es el típico perro que sale en las películas tipo La profecía y esas cosas. El perro del Infierno.
Aunque quizá no es feo y tan sólo necesita un exorcismo. ¡Qué alguien llame al padre Karras!
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