Pyotr Kuznetsov es el líder espiritual de una secta atrincherada en la localidad rusa de Nikolskoye. El grupo, formado por una treintena de personas, cree que las tarjetas de crédito y los códigos de barra son satánicos, y que el fin del mundo tendrá lugar entre finales de abril -coincidiendo con la semana santa ortodoxa- y principios de mayo. Se han encerrado a esperarlo en un búnker bajo tierra; la Policía negocia ahora con ellos la liberación de cinco niños: "Ahora mismo estamos aquí para evitar que no se asfixien", "de momento marchan las negociaciones para convencer a estas personas de que abandonen el lugar, ya que les hemos explicado que es un sitio peligroso porque se puede colapsar con las intensas lluvias primaverales". (El viernes, un desprendimiento de fango obligó a siete mujeres de la secta a reubicarse en una casa de madera en la ciudad de Nikolskoe, 750 kilómetros al sur de Moscú.)
Ya en noviembre pasado, el líder Pyotr, condenado a tratamiento psiquiátrico, instó a sus seguidores (un grupo de cristianos ortodoxos) a encerrarse en el búnker ante la llegada del Apocalipsis. Sin embargo, él no se encerró con ellos alegando que Dios tenía otra misión encomendada para él. (No sabe ná el capullo este. Loco, pero no tonto.)
Bueno, pues nada, echar vuestros últimos casquetes y despediros de la gente que amáis que a esto le quedan dos telediarios según el amigo Pyotr.
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