Una popular marca de aperitivos hechos con harina de maíz, aceite y saborizantes artificiales, se ha asociado con científicos espaciales de la Universidad de Leicester (Inglaterra) para transmitir un anuncio a través del Radar de Ultra Frecuencia de 500 megahertzios hacia la estrella Osa Mayor 47 (47UMA). Éste se emitirá con una potencia de 10.000 vatios desde el Centro Espacial de Svalbard, en el Ártico, situado entre Noruega y el Polo Norte, el próximo 12 de junio marcando un hito en la historia de la publicidad al ser el primer anuncio dirigido a posibles consumidores de aperitivos de maíz extraterrestres en un sistema solar que está a 42 años luz de distancia y que lo recibirá en el año 2050.
El profesor Darren Wright, del departamento de Física y Astronomía, admite que "la idea de transmitir un anuncio al espacio puede ser motivo de controversia, pero no deja de tener interés científico. Puede ser una prueba para futuras comunicaciones de largo alcance y nos da la oportunidad de decir al universo que estamos aquí", refiriéndose el investigador, aparentemente, a los seres humanos, no a los fritos de maíz.
El profesor británico no oculta las razones más prosaicas para esta relación entre la astrofísica y los aperitivos en bolsa: "los proyectos parecidos a éste, por supuesto que están amenazados de muerte, después del profundo recorte de fondos que recientemente anunció el Consejo de Instalaciones de Ciencia y Tecnología".
La empresa patrocinadora, fabricante de los aperitivos, pertenece a la división de alimentos de una de las más importantes marcas de refrescos del mundo.
El contenido del anuncio está por decidir. La marca de aperitivos ha abierto un concurso público para que sus consumidores participen a través de la Red. El ganador llevará su idea hasta las estrellas.
No obstante, no es la primera vez que se lanza un mensaje al espacio interestelar. La nave Voyager I, lanzada en 1977, lleva adosado un disco de cobre con mensajes de saludo desde la Tierra grabados en varios idiomas y más de un centenar de fotografías.
El mensaje de la Voyager viaja más lento que el de los aperitivos; todavía está saliendo del sistema solar y tardará decenas de miles de años en alcanzar las proximidades de otra estrella, la más cercana, Alfa Centauro, a 4,2 años luz de nosotros. En cambio, el comercial del 12 de junio alcanzará a los posibles planetas que orbitan la UMA47 aproximadamente en junio de 2050, pues viaja a la velocidad de la luz.
Sin tener en cuenta el tiempo que tarden los supuestos alienígenas en descifrar el sistema binario en el que se va emitir el anuncio, la respuesta, quizá una orden de compra de los aperitivos en cuestión, no podría llegar a la tierra antes del año 2092. Es, por lo que se ve, una inversión a largo plazo.
Cuando se lanzó la Voyager, la existencia de planetas más allá de nuestro sistema solar era una suposición. En la actualidad ya se han descubierto varios centenares, aunque la mayoría de ellos son gigantes gaseosos, al estilo Júpiter, con pocas o nulas probabilidades de contener vida y, mucho menos, en forma de consumidores de aperitivos salados. Pero nunca se sabe.
Cuando se lanzó la Voyager, la existencia de planetas más allá de nuestro sistema solar era una suposición. En la actualidad ya se han descubierto varios centenares, aunque la mayoría de ellos son gigantes gaseosos, al estilo Júpiter, con pocas o nulas probabilidades de contener vida y, mucho menos, en forma de consumidores de aperitivos salados. Pero nunca se sabe.
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