viernes, 17 de agosto de 2007

Guitarristas al aire

Me imagino que la raza humana simplemente está muy mal -¿habrá tocado fondo?- o que básicamente estamos hartos de todo para dar rienda suelta a este tipo de sandeces.

Guitarristas al aire

Aquí a la izquierda, el guitarrista al aire Ryan "Stryker" Strecker compitiendo con esa electrizante pinta en las finales nacionales de guitarra al aire en Nueva York (Estados Unidos). No obstante, Andrew "William Ocean" Litz ha sido el que ha ganado y representará a USA en el Campeonato del mundo de esta modalidad en Olou (Finlandia) en septiembre próximo.
Básicamente, en 'la guitarra de aire' se trata de fingir que se toca ese instrumento. Pasó de ser un pasatiempo privado a una moda que se manifiesta en campeonatos, libros, videojuegos, en el teatro y en el cine documental.
Tocar la "guitarra de aire" es una coreografía que consiste en simular, pues, los rasgueos de las cuerdas mientras se sigue un tema de rock. La interpretación se acompaña con movimientos rítmicos de cabeza y debe alcanzar lo que se conoce como "airness", esto es, "cuando la actuación supera el acto de imitación y pasa a convertirse en una expresión de arte en sí misma". "No es simular ser una estrella de rock, debes ser esa estrella de rock", afirma Dan "Bjorn Turoque" Crane, el primer profesional estadounidense de estas cuestiones.
Joder, ¿dónde ha quedado aquello de escribir un buen poema, un relato corto siquiera, o pintar un cuadro? A cualquier cosa le llaman ahora arte. Pero esto es lo que hay. Las neuronas andan algo espesitas.
Los profesionales del "air guitar" también tienen rigurosamente establecido cuáles temas tocar y cuáles no. Dos reglas generales es que las canciones deben ser reconocidas por el público pero no deben ser demasiado clichés, y que la lista de bandas a interpretar incluya a Queen, Led Zeppelin, Guns N' Roses, Black Sabbath, Dire Straits, AC-DC, Van Halen y Deep Purple. Curiosamente, una de las recomendaciones que da "Bjorn Turoque", quien acaba de publicar sus memorias bajo el título To Air is Human, a los recién iniciados es que no se concentren demasiado en el rasgueo de cuerdas mientras tocan. "Si haces mal una nota, serás el único en saberlo. En lugar de estar pendiente del juego de los dedos, seduce a tu público. Haz contacto visual", indica el experto. Los consejos quizá deban tomarse con seriedad. Después de todo, el "guitarrista de aire" tiene sólo 60 segundos para convencer a sus seguidores, y a los jueces cuando se trata de un campeonato. Bastaría con preguntarle a Craig "Hot Lixx Hulahan" Billmeier, el Campeón Nacional de Air Guitar" 2006, un título que ganó en junio pasado en una disciplina que cada año cuenta, lamentablemente, con más competidores y seguidores.
La popularidad del "air guitar" es tal que también ha inspirado el primer documental sobre el tema, Air Guitar Nation: The Movie, descrito por su realizadora, Alexandra Lipsitz, como "la historia oficial del pasatiempo extraoficial de los EE.UU.". El fenómeno también inspiró una obra de teatro, "Air Guitar", y un videojuego, Guitar Hero, que permite transformar personajes virtuales en celebridades de la música que utilizan mandos en forma de guitarra.
La fiebre se extiende a la Virtual Air Guitar, una experiencia virtual que consiste en un par de guantes computerizados que coordina los movimientos de las manos del "guitarrista de aire", un invento finlandés que saldrá a la venta a finales de este año. En el Reino Unido existe incluso el primer doctorado en "air guitar", creado por la campeona Amanda Griffiths a sugerencia de una de sus profesoras de música en la Universidad de Salford.
Lo más chocante es que en Internet hasta se puede comprar un modelo de "guitarra de aire Philson", -el timo de la estampita- acompañado de una garantía de calidad del fabricante, R. "Bud" Philson, presidente de la afamada compañía Philson Air Guitar, y un manual de técnica y estilo. En un mundo cada vez más acostumbrado a la realidad virtual, el "air guitar" como forma de entretenimiento y terapia de liberación de fantasías roqueras reprimidas parece cobrar sentido. Pero no todos estamos de acuerdo.

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