Disfruta de una velada agradable en casa de un amigo. Cena con él y sus amigos tranquilamente y todos colaboran al terminar para recoger la mesa. Todo es entrañable y perfecto... Pero algo oculto está pasando. Toda la comida que han tomado ha compartido lugar con... ¡los cadáveres de la familia del anfitrión! Y aquí no pasa nada.
Aunque parezca la sinopsis de una película de terror esto le ha ocurrido realmente en Verviers (Bélgica), a una mujer. Después de cenar en casa de un hombre que la había invitado, recogiendo la mesa junto a amigos de éste, abrió el congelador y se encontró a una mujer y a un niño ahí metidos. Eran los cadáveres de la esposa y el hijastro de 12 años del anfitrión. Según parece por su estado de congelación, llevaban unas cuantas semanas ahí dentro.
No se sabe aún qué pensaba hacer con ellos pero se ve que no le preocupaba mucho al hombre. Bien congeladitos para que se mantengan... perfectos. Y a organizar cenitas y demás, ¡qué hay que disfrutar de la recién estrenada soltería! ¿Y nadie echó de menos a estas dos personas, que las tienen que descubrir así? Pues no. Así está el mundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario