
El resultado queda reflejado en tan vergonzante imagen de un miserable ladrón.
McCalium recibió dos golpes certeros en la cara de parte de su vecino, Frank Corti, de 72 años, quien fuera campeón juvenil de boxeo durante su adolescencia. Después, el hombre lo ató y llamó a la policía con total tranquilidad.
Su acción, netamente en defensa propia, es catalogada por la ley del Reino Unido como “arresto por parte de un ciudadano”. Es más, el juez de la causa ha defendido ahora su acción diciendo que McCalium recibió “lo que se merecía”.
Según parece, los vecinos tenían una disputa previa, que seguía aumentando los niveles de tensión entre ellos. La misma noche del ataque, McCalium había estado en su casa con amigos. De hecho, cuando la policía local fue a su casa a raíz de unas denuncias por ruidos molestos, encontraron a McCailum blandiendo una espada de madera.
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