A sus 14 años, la estadounidense D'Zhana Simmons sufría una dolencia cardiaca conocida como cardiomiopatía dilatada que hacía que su corazón se debilitara y agrandara lo que provocaba que no bombeara suficiente sangre. Fue intervenida en julio pasado, pero el nuevo corazón falló y tuvieron que extraérselo. Mientras esperaba un nuevo trasplante, la adolescente ha logrado sobrevivir casi cuatro meses sin corazón, sólo conectada a un bombeador artificial de sangre. Las bombas, implantadas para mantener el flujo sanguíneo, hicieron que recuperara la fortaleza necesaria para otro trasplante, que tuvo lugar el pasado día 29 de octubre, mientras la paciente peleaba contra varias complicaciones. Ha vivido 118 días sin corazón y ahora está bien, aunque los doctores no descartan (un 50%) que necesite un nuevo trasplante dentro de doce o trece años.
Los médicos que atienden a la joven en Miami (Florida) han recordado que con anterioridad otro paciente, un adulto en Alemania, logró sobrevivir nueve meses sin un corazón, pero que éste es el caso más prolongado y exitoso en un paciente infantil.
Cuando se emplea un corazón artificial para mantener con vida a un paciente, el propio músculo cardíaco del enfermo suele mantenerse en el cuerpo. Simmons también padecía insuficiencia renal y recibió un trasplante de riñón el día después de la segunda intervención cardíaca.
Por su parte, la joven ha reconocido haber vivido la experiencia de estar tanto tiempo sin corazón "con miedo". "No sabes si la máquina bombeadora va a tener un fallo". "Me sentía como otra persona, como si realmente no existiera, pero estaba aquí".
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