Un grupo de policías de la India de una comisaría de la ciudad de Agra, al norte del país y muy cerca del Taj-Mahal, está tratando de recuperar documentos importantes que un violento grupo de monos se ha llevado después de "asaltar" unas instalaciones donde la policía tuvo que solicitar refuerzos adicionales para poder acabar con la ofensiva simiesca, antes de instalar redes y verjas para asegurar las instalaciones, donde reposan documentos con valor judicial.
En esta ciudad, los monos ya han causado más de un dolor de cabeza a sus residentes, que iniciaron incluso una campaña hace un año para devolverlos a la jungla. Ravindra Choudhary, jefe del departamento animal, ha comentado que "las mujeres y los niños de la parte vieja tienen mucho miedo. Los monos son violentos y cada día recibimos numerosas quejas".
La iniciativa para devolver a los simios a la selva quedó paralizada tras la entrada en liza de la defensora de los animales -estos defensores siempre tocando los huevos (da igual en qué lugar del planeta)- Maneka Gandhi, y hoy miles de monos campan todavía a sus anchas por los barrios del centro de Agra sembrando el caos donde muchos turistas han sido atacados y mordidos, y donde las autoridades no hacen nada para detenerlos y están proliferando.
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