Wiroj Banlen, de unos 40 años, estaba junto a una vía de servicio cerca de Lamsai, en la provincia de Ayutthaya, cuando la policía tailandesa le encontraba el pasado fin de semana muerto, sosteniendo a su vez el cadáver de una cobra entre sus manos mientras llevaba un condón bien colocadito en su pene. Hasta la fecha conocíamos que los bichejos idóneos para mantener relaciones sexuales son las cabras, las ovejas, los gatos y las vacas. Las gallinas tampoco están nada mal pero ¿una cobra? es un poco gore; aunque lo cierto es que, de momento, no se sabe si nos encontramos ante un suicido esperpéntico, un accidente fatal o simplemente sexo retorcido del bueno. La investigación, no obstante, sigue abierta.
Según los primeros análisis, la causa de la muerte fue el veneno de la cobra, que le mordió en repetidas ocasiones en su pierna derecha y en la cara y brazos. Los médicos, además, han encontrado restos de carne de la cobra en los dientes del fallecido, lo que ha llevado a las autoridades a pensar que el hombre mordió al reptil como venganza tras ser atacado. Lo que no cuadra y aún no se sabe son los motivos sobre el asunto de por qué tenía un condón puesto en el pene el muerto, que según la policía, no contenía semen. La hipótesis que se maneja es que el fallecido se estuviera bajando los pantalones en el momento en el que apareció la cobra porque ha aparecido semidesnudo. Pero, ¿y el condón? ¿Se hacía pajas con profiláctico por la rue? Aquí hay misterio.
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