Trabajadoras sexuales de la ciudad boliviana de El Alto cosiéndose los labios -menos mal que no les ha dado por coserse el chichi- como protesta para exigir "respeto a sus derechos" y sanciones para quienes las agredieron la semana pasada.
Están en huelga de hambre desde el lunes pasado; han amenazado con "enterrarse vivas en ataúdes" si el gobierno del cocalero Evo Morales no sanciona a quienes quemaron y destruyeron bares y burdeles donde trabajaban, por considerarlos nidos de delincuencia.
Las mujeres piden, además, que los "culpables de tanta violencia" no "caminen impunes" mientras la policía, en lugar de protegerlas, las ataca "como a criminales". "Exigimos justicia y respeto, nuestra dignidad no puede ser atropellada", añade el comunicado.
Las putillas se han extraído sangre para escribir carteles con lemas como "Queremos trabajar", "¡Qué viva la huelga de hambre!" y "Tenemos derecho a la educación para nuestros hijos".
En el lugar de la protesta fueron vistos con sus madres cinco niños de edades comprendidas entre varios meses y siete años.
Razón no les falta a las pobres mujeres, la verdad. Esos mismos que hoy las atacan son los que se matarían a pajas si estas buenas señoras no existiesen. Encima de putas, apaleadas. No hay derecho.
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