"Es muy amable y aunque no es humana, puede actuar como una verdadera novia", dicen sus creadores, una empresa japonesa que ha fabricado una novia-robot de 38 centímetros (con perdón, un poco triste, hay penes que son más grandes. Yo nunca he visto ninguno, pero haberlos haylos, se rumorea) que besa cuando se le pide, pensada para hombres solitarios, y que saldrá a la venta el próximo mes de septiembre por 175 dólares (unos 113 euros aproximadamente). ¡Hombre, más barata que una novia de carne y hueso sí que es! Infinitamente.
La diminuta damisela, a la que han bautizado como 'EMA', con sus sensores infrarrojos y la energía de las pilas, coloca su boquita para dar un beso cuando se le acerca una cabeza humana -¿cualquiera? ufff, qué peligro- y entra en lo que sus diseñadores llaman "modo de amor" -ya me la veo violada por el grupo de amiguetes en mitad de una borrachera-. Debería tener la capacidad de lanzar algún spray o una descarga eléctrica o un minitorpedo o algo si la cabeza que se aproxima no es la de su novio. Un poco de fidelidad, joder. Si ya en los primeros diseños futuristas enseñamos a los robots a ser unos pendones desorejaos... esto puede acabar en Terminator Cornution.
EMA -el nombre responde a las siglas de Eternal Maiden Actualization (o sea, Actualización de Doncella Eterna)- puede también repartir tarjetas de visita, cantar y bailar. (Pero, ¿esas habilidades pa qué sirven? Pa ná. Eso y ná es ná. ¿Se puede introducir algo dentro de ella? Ésa es la cuestión. Aunque la chapa para introducir no creo sea el material más apropiado. En fin, no sé, la veo un poco mierdecilla, la verdad. No es aquello que se diga digna para fardar de chica delante del vecindario y decirle al barrio: jodeos, que ésta -con perdón otra vez- me la estoy follando yo.
Minako Sakanoue, una portavoz de la fabricante, 'Sega Toys', dice sobre este tema: "Fuerte, resistente y preparado para la batallas son algunas de las expresiones que se asocian con los robots, pero quisimos romper el estereotipo y ofrecer un robot que es dulce e interactivo". Y lo cierto es que se lo tienen muy creído el éxito de la novieta de marras pues sólo el primer año esperan vender 10.000 unidades. Y es que Japón, productora de casi la mitad de los 800.000 robots industriales del mundo, prevé un mercado de 10.000 millones de dólares para la inteligencia artificial en una década aunque, de momento, yo me sigo quedando con mi novia de plástico de 1.70 m, su excelente par de peras de mentirijilla y sus buenos boquetes en estratégicos sitios. Ésa sí que la podría sacar a pasear por el pueblo y mantener la cabeza bien alta. -Bueno, quizá no tanto, pero a que nos entendemos. Que uno puede ser un solitario pero tiene su ego.-
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