Una señora australiana más chula que un ocho ha decidido divorciarse de su marido cuando éste le exigió que eligiera entre él y su estimado cocodrilo. No ha querido desprenderse del reptil (refiriéndose al cocodrilo, no al esposo) porque “es como un hijo” para ella.

Enfermera en Melbourne, la mujer adoptó al animal cuando apareció en la entrada de su casa en el año 1996. Su marido Greg le pidió que se desprendiera del bicho pero ella no accedió, así que divorcio al canto.
“Cuando empecé a cuidar a Johnie (así se llama la bestia), Greg y yo empezamos a tener problemas. No hacíamos más que pelear”. Vicki ha criado juntos a Andrew y a Johnie que es sólo dieciocho meses menor que su hermano humano.
(Cuando el hijo -el humano- se quede sin cabeza veremos a ver qué piensa del adoptado.)
No hay comentarios:
Publicar un comentario